Haga clic para escuchar el texto resaltado! Desarrollado Por GSpeech
itenfrdeptes

¡Comparte nuestro contenido!

La viuda revela las dos actitudes fundamentales de la Iglesia (novia) ante Cristo (novio): la espera en la esperanza y la certeza del encuentro. El amor conyugal herido por la ausencia material continúa purificado por el dolor y sublimado en la memoria, preparando el reencuentro. Revive internamente su experiencia, iluminándola con amor eterno. 

La vida matrimonial es una educación progresiva para una nueva forma de ser, donde la ausencia temporal marcada por el dolor lacerante de la separación da paso a un vínculo espiritual que incorpora lo ya vivido a una nueva forma de vivir; en las relaciones, tanto familiares, profesionales como sociales, siembra un amor nuevo cuya dulzura y grandeza va más allá de lo visto y experimentado a través de los sentidos.

La dimensión espiritual del amor ilumina y fecunda las relaciones con nuevos brotes, nuevas sensaciones en las que el amor de Dios llena los vacíos de la soledad. La viuda, especialmente si vive la experiencia del Ordo Viduarum, vive con fuerza el don de la caridad en su entorno familiar, derramando atención sobre quienes más la necesitan y reavivando en sus corazones la llama de la esperanza. En segundo lugar, está abierta a las necesidades de los demás con una acción constante de servicio y apoyo a quienes no son capaces de superar por sí solos las dificultades de la vida y necesitan una mano amiga. La viuda actúa como una presencia amiga que ayuda y apoya a quienes se encuentran en riesgo de sufrir dificultades. Pero ¿dónde encuentra la fuerza para una misión tan expuesta, quien lleva en el corazón su propia fragilidad? Jesús le dijo a Santa Catalina de Siena en una de sus apariciones: "Hazte capaz y yo me convertiré en un torrente". He aquí el secreto: fortalecerte con la fuerza de Cristo.

Haga clic para escuchar el texto resaltado! Desarrollado Por GSpeech