por Ezio Aceti

Era muy importante retomar la escuela de manera presencial porque la relación cara a cara es insustituible y permite la convivencia entre los seres humanos. Es fundamental recordar lo importantes que son los pilares básicos para que la relación sea eficaz y útil para nuestros hijos para ayudarles en este momento tan delicado.

Recordemos que la escuela no es sólo un lugar de educación, sino sobre todo de formación, donde la dimensión relacional y humana contribuye al desarrollo psicofísico de todos.

Para que todos puedan retomar la aventura escolar con mayor serenidad, recordamos tres pilares educativos fundamentales.

1.Escuchar 

L'uomo è un essere sociale.

La paradoja de la condición humana es que la individualidad se realiza sólo en las relaciones y que el sujeto no existe fuera del reconocimiento mutuo con el otro.

Escuchar es entonces  la capacidad más importante para la convivencia porque la escucha verdadera y auténtica permite al otro descubrirse a sí mismo y sobre todo sentir que es importante para los demás.

Hay tres maneras de escuchar, dos de las cuales son defectuosas:

- Escucha perturbada: sucede  cada vez, mientras alguien nos habla, nos ponemos a hacer otra cosa, o pensamos en otra cosa, intentando mantener simultáneamente nuestra atención en el interlocutor y en lo que estamos haciendo. Este tipo de escucha mortifica a quien nos habla porque no se siente comprendido y deja un rastro de tristeza y vacío.

- Escucha fragmentada: se produce cuando interrumpimos continuamente a la persona que nos habla para expresar nuestra opinión, impidiéndole muchas veces completar la frase. ¡Qué desagradable es esta forma de escuchar! Y el otro ciertamente se siente humillado e impedido de expresar sus ideas.

- Escucha verdadera y profunda: consiste más bien en estar plenamente disponibles para el otro, en "vaciarse" para aceptar lo que nos dice. Este tipo de escucha requiere dos acciones particulares, en primer lugar hacer un "poco de violencia" en nosotros mismos para impedir que nuestros pensamientos se expresen mientras el otro habla y luego, sobre todo, tener paciencia para que el otro pueda decir todo lo que quiere. 

Carl R. Rogers (1902-1987), en su libro Terapia centrada en el cliente, habla de una "fuerza básica" presente en el cliente, definida como la "tendencia actualizante", considerada como la fuerza esencial que está en el origen del crecimiento. y el desarrollo de cada persona.

La escucha profunda es, por tanto, la condición previa para una relación empática entre la madre y el niño, entre la pareja y entre profesores y alumnos, entre las personas en general, para una comprensión profunda y mutua, que acompañará al niño durante toda su vida. .

Esta manera de escuchar se concreta simplemente dejando que el otro diga lo que quiera y sobre todo manteniendo una alta atención hacia él. 

Al respecto, son expresivas las palabras de la gran filósofa francesa Simone Weil cuando dijo que “la atención es la dimensión más bella entre los seres humanos”;  sí, porque la atención me empuja hacia el otro, tendiendo la mano para acogerlo plenamente: el resultado es que el otro se siente acogido, amado y considerado.

2. La palabra 

Qué importante es que nuestro hablar sea ante todo fruto de la atención y de la escucha para que lo que se dice incluya el pensamiento del otro, en fin, es un acto de amor porque incluye el tiempo que dediqué a escuchar.

Recordemos que la palabra nutre, da sentido, la palabra puede obrar milagros si se expresa de manera respetuosa y auténtica.

Además, nuestro discurso nunca debe ser vulgar o apresurado, sino que debe dar valor a lo que se dice. En este sentido es importante ser sencillo, pero conciso y claro y sobre todo veraz. Que nuestro discurso sea siempre verdadero y auténtico. Todo esto da lugar a la estima del otro por nosotros y recordemos que la estima es la forma más elevada de amor.

Entonces, en resumen, decir y escuchar representan dos pilares básicos de un proceso educativo.  compartido. 

Escuchar y hablar siempre, frente a las expectativas, esperanzas, aspiraciones, se convierten entonces en elementos fundacionales de una educación como comprensión/compartición.

Así, la educación es siempre una relación entre sujetos.

Sólo a partir de una visión del otro, como "distinto de uno mismo" y como "importante para mí", puede surgir una comunicación auténtica.

3. Apoyo

Juntos  Además de escuchar y hablar, el apoyo se caracteriza por expresar confianza con gestos, intenciones y propósitos y con palabras expresadas de una determinada manera. es importante apoyar siempre, incluso cuando el otro ha cometido un error. El apoyo es la base de la relación. De hecho, si escuchar y hablar son las alas que hacen volar a cualquiera y nos permiten avanzar, el apoyo es la base, es como el humus del terreno educativo.

El profesor debe apoyar siempre, siempre, incluso cuando el alumno no ha estudiado o se ha portado mal... De hecho, el profesor puede decir: "Mira, no has estudiado, te tuve que dar una evaluación negativa", o "Te has portado mal y tuve que aceptarte de nuevo", pero al final tiene que decir: "¡Pero estoy seguro de que la próxima vez lo harás mejor!".

Sin embargo, el soporte requiere algunos requisitos previos importantes:

– tener una visión positiva de los demás;

– siempre viendo al otro en el momento presente, olvidando los males tal vez recién sufridos;

– creer que todos pueden empezar de nuevo.

Si el docente tiene cuidado en ejercitar estos pilares educativos, la experiencia de la pandemia y del sufrimiento irá volviendo poco a poco a la dimensión humana y los alumnos saborearán la belleza de estar juntos y sobre todo comprenderán.  contar con educadores de adultos que se interesen por ellos.

Porque, como bien decía don Milani, educar es  especialmente el  "para cuidar de"

¡Así que “Me importa” todos juntos!