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La escuela primaria debe ser el gimnasio donde
El niño ejercita sus habilidades físicas, mentales y sociales.
En esta fase nacen amistades que durarán toda la vida.

por Ezio Aceti

PPara comprender y profundizar en las etapas de desarrollo del niño de 6 a 10 años, en esta primera parte abordaremos tres momentos muy importantes.

1. Transición de la escuela infantil a la escuela primaria

Si en la infancia el centro de gravedad de todas las actividades era el propio niño, ahora avanza hacia una realidad formada por reglas compartidas con los demás, lo que le obligará a hacer un esfuerzo de descentralización hacia sus compañeros y adultos. Para poder afrontar con serenidad el ingreso a la escuela primaria, son necesarios algunos requisitos previos. Todo niño debe poseer habilidades motoras, auditivas, visuales y de coordinación ojo-mano adecuadas. Debe tener suficiente dominio del lenguaje y buena capacidad de atención, además de capacidad para procesar símbolos. Por último, no debería faltarle la capacidad de entablar relaciones con sus compañeros en clase.

Pero ¿cuál es entonces la diferencia, para el niño, entre la guardería y la escuela primaria?

Sabemos que en la escuela infantil los docentes respetan los procesos de crecimiento y desarrollo de cada niño a través de una verdadera personalización educativa. A los ojos del niño, la escuela infantil tiene una estructura a su servicio: las mesas de trabajo son grandes, las sillas bajas, los baños están a su nivel. Y las personas también están a su servicio, ya que los profesores intentan por todos los medios adaptarse a sus necesidades. Cuando se realiza una actividad, esperan a que el niño complete la tarea solicitada y, antes de comenzar otra, se aseguran de que todos estén preparados para realizarla. En definitiva, la estructura, las personas y las actividades están al servicio de los niños.

Este no es el caso en la escuela primaria. La mesa de trabajo se convierte en un escritorio individual: sin embargo, para muchos sigue siendo demasiado alta y el espacio para manejarse es limitado, mientras que a algunos les cuesta permanecer sentados durante mucho tiempo. Incluso el tiempo ya no está al servicio del niño: al contrario, es él quien debe adaptarse al ritmo de los profesores, que para algunos es demasiado rápido. Sucede entonces que algunos niños son capaces de adaptarse fácilmente a nuevas peticiones y responder a ellas con destreza, mientras que otros son más resistentes al cambio o más inmaduros a nivel cognitivo.

2. El desarrollo del pensamiento y la inteligencia

Pero a partir de los 6 años el desarrollo de las habilidades físicas, mentales y sociales de los niños es muy rápido. Su lengua se enriquece cada vez más: aprenden y utilizan nuevos términos, conjugan correctamente los verbos en pasado y futuro, comienzan a aprender una segunda lengua. Y luego saltan, corren, caen, trepan, se levantan y tienen buen sentido del equilibrio. Las estructuras cerebrales se desarrollan de manera preponderante y los impulsos instintivos dejan espacio a la exploración y al conocimiento que la escuela primaria se encarga de desarrollar.

Se produce un primer desarrollo en la inteligencia, que se vuelve cada vez más abstracta y operativa. Al principio, las operaciones matemáticas representan ejercicios repetitivos que ayudan al pensamiento a utilizar la repetición de las cosas de forma mecánica (pensemos en las tablas de multiplicar aprendidas de memoria); posteriormente, a partir de tercer grado de primaria, la capacidad de resolución de problemas favorecerá el desarrollo del pensamiento lógico y abstracto.

El niño es capaz de extender la reversibilidad del pensamiento a muchos más casos, manteniendo unidos los múltiples elementos que componen la realidad, así como las diferentes opiniones que se pueden tener sobre un determinado fenómeno, y también es capaz de comprender la relación causa-efecto. relación entre dos eventos.

3. Amistades y relaciones sociales

Lo que era el nido protegido y seguro de la familia ahora ya no parece suficiente: el niño expresa un deseo natural y saludable de aprender sobre el mundo exterior y la oportunidad de encontrarse con sus compañeros se hace posible, ante todo, a través de la educación primaria. escuela . Dentro de una estructura regulada por los adultos, el niño puede conocer a compañeros de su misma edad e iniciar relaciones significativas y duraderas.

En la escuela, los niños descubren las características no sólo de su "cabeza", sino también de sus relaciones. Hay amistades espléndidas que nacen a esta edad y se mantienen vivas a lo largo de los años, pasando por las fases de crecimiento adolescente para llegar juntos a la madurez. Las amistades de estos años se expresan en los pupitres de la escuela, como en las canchas de baloncesto o en el parquet de la escuela de danza: es aquí donde los niños comienzan a formar fuertes vínculos con los amigos.

Una buena indicación que se le puede dar a un niño de esta edad es crear vínculos de amistad con todos sus compañeros. Así es como el niño podrá comprender qué aspectos de la relación le gratifican más, cuáles se corresponden mejor con sus necesidades o deseos, hasta el punto de aceptar aquellos que no son parecidos ni parecidos a él.

Con algunos de estos compañeros es posible que el niño cree una relación especial que haga que el otro se sienta una persona elegida, un “mejor amigo”. El amigo permite tanto el juego aventurero como el compartir secretos, es un compañero de exploración y apoyo cuando uno se encuentra frente a frustraciones, fracasos, pérdidas y miedos. A esta edad la amistad juega un papel fundamental en el crecimiento, la adquisición de confianza en uno mismo y en el mundo exterior. Incluso los conflictos, de los que uno no está exento, ya a esta edad se convierten en una oportunidad para intercambiar información sobre la propia emocionalidad, el temperamento subjetivo y las características de personalidad de la pareja.