Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El pasado miércoles iniciamos el ciclo de catequesis sobre la figura de San José - el año dedicado a él llega a su fin [terminado el 8/12/2021 edición]. Hoy continuamos este camino centrándonos en su papel en la historia de la salvación.
El objetivo es poder lucir en la noche de Pascua la capacidad de mirarnos a los ojos con la luz de Jesús resucitado, nuestra esperanza. La sabiduría de la Madre Iglesia, siempre maestra de vida, sumerge el período de los cuarenta días de Cuaresma en el río de nuestro bautismo, nadando con la energía adquirida en el ejercicio de la oración, preservada en el uso de lo puro necesario, para fluir. en la corriente benéfica de la caridad: es el deseo de no poder ser feliz solo. Para ayudarnos a redescubrir el alma de la oración, por cortesía del periódico Avvenire publicamos este escrito de Ermes Ronchi.
VQueremos recordar en este mes de marzo al hermano Giovanni Vaccari como modelo de devoción a San José. Dejó algunos cuadernos de notas espirituales, posteriormente impresos, en los que encontramos intuiciones espirituales sencillas y edificantes; he aquí un ejemplo: «Oh San José, aumenta en mí una fe viva hacia la Eucaristía y un amor filial a la Virgen Santísima»; «Jesús, sé mi luz. Oh María, sé mi esperanza. Oh San José, sé mi refugio."
Don Guanella en una circular escrita a las Siervas de la Caridad en 1913 nos invitaba a «hacer nuestra vida la vida del Sagrado Corazón Eucarístico, si queremos poder beneficiar nuestra alma y las graves necesidades que la rodean, para aliviar los muchas miserias corporales y espirituales del prójimo". El Papa Francisco se hace eco de esto subrayando que "Cristo, que nos alimenta bajo las formas consagradas del pan y del vino, es el mismo que viene a nuestro encuentro en los acontecimientos cotidianos".