«Fratelli tutti» es la expresión de San Francisco con la que el Papa Bergoglio abre su tercera encíclica y que, por tanto, da título a todo el texto sobre la fraternidad.
Recordemos que los dos primeros fueron «Lumen fidei» en 2013 y «Laudato si'» en 2015.
Documento de ocho capítulos, divididos en 287 puntos. Un documento evidentemente inspirado en la figura de San Francisco, y en los encuentros que mantuvo con exponentes de otras religiones, así como en las cartas que le llegaron de todo el mundo. Por eso el Papa Francisco decidió dirigirse no sólo a la Iglesia sino "a todas las personas de buena voluntad". En el fondo, revela Bergoglio, está también lo que todo el planeta ha vivido y está viviendo con el Covid-19, un obstáculo para la verdadera fraternidad, pero que nos ha hecho recordar que «nadie se salva a sí mismo, que sólo podemos salvarnos juntos». "
El Papa Francisco recuerda en su análisis de la actualidad que hay muchos fenómenos sociales, culturales e intereses económicos que corren el riesgo de enfrentarnos "a todos contra todos". Y en esta tensión los más débiles quedan al margen. Los medios tecnológicos y de información también corren el riesgo de crear divisiones si no ayudan a construir un "nosotros" sino que llevan el individualismo al extremo.
En la parte proactiva, el Papa eligió la parábola del buen samaritano para señalar el camino y construir una auténtica fraternidad entre las personas y los pueblos.