Para que la responsabilidad política se viva a todos los niveles como una elevada forma de caridad.
Para que los cristianos de América Latina, frente a las desigualdades sociales, puedan dar testimonio de amor a los pobres y contribuir a una sociedad más fraterna.
Porque cumplimos con el deber de anunciar el Evangelio a quienes no conocen a Jesucristo y siempre lo han rechazado.
Jesús, desde hace dos mil años, estás en el corazón de muchos jóvenes que sienten el profundo deseo de mirarte a los ojos y escudriñar los panoramas de la historia compuestos por personas que vivieron al calor de tu "buena nueva" de que Dios nos ama. Jesús, son muchos los jóvenes que, a la luz de tu verdad, expresan la aspiración de construir relaciones auténticas, de conocer el amor verdadero, de soñar con fundar una familia unida que garantice un futuro tranquilo y feliz. Jesús, que trabajó junto a San José en el laboratorio de Nazaret, garantice que los jóvenes puedan encontrar un trabajo que les dé dignidad, alegría de vivir y ser útiles; que nadie pierda el entusiasmo en busca de una vida mejor. Jesús, tú eres la respuesta a nuestro deseo de infinito. Mantén en todos nosotros la generosidad de un corazón joven que sepa repetir con convicción: "Nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti". Jesús, sigamos "la huella del Dios de la vida" por los caminos de nuestra aventura humana, convencidos de que eliminar a Dios para hacer vivir al hombre es ceguera. Dios es fuente de vida y eliminarlo equivale a "desaparecer la criatura".
INTENCIÓN GENERAL
Para que los migrantes y refugiados sean bienvenidos y tratados con respeto en los países a los que llegan.
INTENCIÓN MISIONERA
De modo que el encuentro personal con Jesús suscita en muchos jóvenes el deseo de ofrecerle su existencia en el sacerdocio o en la vida consagrada.
INTENCIÓN DE LOS OBISPOS
De modo que se anuncie el corazón del mensaje cristiano, más que algunos aspectos doctrinales y morales.
INTENCIÓN DE LA PIA UNIÓN
«Para los niños confirmados»
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de los niños que en este tiempo han recibido o recibirán el sacramento de la confirmación. Enciende en ellos el fuego de tu amor. Hoy la Iglesia necesita una efusión perenne del Espíritu, un Pentecostés diario. Que la luz de tu amor llegue como un fuerte viento en las velas de nuestra vida. Estos jóvenes confirmados necesitan, como todos nosotros, fuego en el corazón, palabras valientes en los labios, profecía generosa en la mirada para poder ver el futuro lejano. Todos necesitamos sentirnos acariciados por una cálida ola del Espíritu y convertirnos así en trabajadores generosos en la obra del mundo y constructores de tu Reino de amor, de justicia, de santidad y de paz.
INTENCIÓN GENERAL
Para que el nacimiento del Redentor traiga paz y esperanza a todos los hombres de buena voluntad.
INTENCIÓN MISIONERA
Para que los padres sean auténticos evangelizadores, transmitiendo a sus hijos el precioso don de la fe.
INTENCIÓN DE LOS OBISPOS
Para que crezca en los creyentes el deseo de anunciar con alegría a Cristo, luz del pueblo.
INTENCIÓN DE LA PIÓ UNIÓN
«Para niños sin familia» «¡Hola Jesús! Aquí estamos frente a ti, no falta nadie. Somos niños sin familia. En el sentido de que lo nuestro nos es desconocido, ausente, roto, por drama o desesperación, por soledad o abandono. Somos testigos del dolor y de la pérdida, pero también del milagro que siempre puede ocurrir cuando alguien -un hombre y una mujer- nos reúne para abrazarnos contra su pecho, como pan fragante recién salido del horno. Sin decir: "¿Quién es?". Estamos sin familia y la dificultad es nuestra gracia diaria; para algunos es también la sorpresa de una pareja que se inclina sobre nuestra fragilidad para hacernos experimentar lo bueno y lo verdadero de su vida, sin pedir nada a cambio, como un puro gesto de amor que no aporta más que la emoción de aprender a vivir. llamarnos niños. Quien nos acoge aprende otra cosa: la realidad cambia de contorno, todo cobra nuevo valor: eres Tú, Jesús, quien te manifiestas a sus ojos. Sí, porque somos tu presencia. Somos Navidad todos los días y quien se inclina sobre este pesebre de Belén se levanta con una mirada diferente, capaz de acoger el destino de otro”.
Para que los medios de comunicación sean instrumentos al servicio de la verdad y la paz. INTENCIÓN MISIONERA Que María, Estrella de la evangelización, guíe la misión de la Iglesia en el anuncio de Cristo a todos los hombres. INTENCIÓN DE LOS OBISPOS Para que la Iglesia y la sociedad no defrauden la esperanza y la confianza de los jóvenes en el futuro.
Para que María, Estrella de la evangelización, guíe la misión de la Iglesia en el anuncio de Cristo a todos los hombres.
Para que la Iglesia y la sociedad no defrauden la esperanza y la confianza de los jóvenes en el futuro.
Señor crucificado, míranos, somos como tú. Condenado.
En la horca y tras las rejas de la vergüenza. Incluso a la espera de ser ejecutado, por veneno, por soga al cuello, por fusilamiento o en silla eléctrica. Esto te basta: como Tú, clavado en la cruz. A diferencia de usted, somos más a menudo culpables, aunque no falten personas inocentes entre nosotros. Amigo, si supieras el inmenso misterio de la detención, ¡dónde estoy! Si viera y oyera lo que veo dentro de estos muros oscuros. Y pienso con amargura en mis seres queridos. Que sufren injustamente por mi culpa. “Conozco el diablo que había dentro de mí, estaba ligado al Mal, mi vida era de violencia. Pero desde que encontré al Señor, nada ha logrado hacerme cometer un acto de violencia: ¡en estos 14 años en el corredor de la muerte, Jesús, con su perdón, ha entrado en mi corazón! Si deciden que deben matarme, háganlo basándose únicamente en la brutalidad de mi Crimen, pero por favor no confíen en mí como un riesgo futuro para la sociedad, porque ahora he cambiado... Los amo a todos, espero que mi la muerte os da la paz, de nuevo pido perdón a las familias que he afectado, ahora voy al encuentro de Jesús, os espero a todos en el Cielo, Él ya me ha preparado un lugar".
INTENCIÓN DE LA PIA UNIÓN
«Para niños sin familia» «¡Hola Jesús! Aquí estamos frente a ti, no falta nadie. Somos niños sin familia. En el sentido de que lo nuestro nos es desconocido, ausente, roto, por drama o desesperación, por soledad o abandono. Somos testigos del dolor y de la pérdida, pero también del milagro que siempre puede ocurrir cuando alguien -un hombre y una mujer- nos reúne para abrazarnos cerca de su pecho, como pan fragante recién salido del horno. Sin decir: “¿Quién es este?”. Estamos sin familia y la dificultad es nuestra gracia diaria; para algunos es también la sorpresa de una pareja que se inclina sobre nuestra fragilidad para hacernos experimentar lo bueno y lo verdadero de su vida, sin pedir nada a cambio, como un puro gesto de amor que no aporta más que la emoción de aprender a vivir. llamarnos niños. Quien nos acoge aprende otra cosa: la realidad cambia de contorno, todo cobra nuevo valor: eres Tú, Jesús, quien te manifiestas a sus ojos. Sí, porque somos tu presencia. Somos Navidad todos los días y quien se inclina sobre este pesebre de Belén se levanta con una mirada diferente, capaz de acoger el destino de otro."
Ofrecer oración
Divino Corazón de Jesús,
te ofrezco a través
del Inmaculado Corazón
de María,
Madre de la iglesia,
en unión con el Sacrificio
eucarístico,
oraciones y acciones,
las alegrías y los sufrimientos
de este día:
en reparación de los pecados, para la salvación
de todos los hombres,
en gracia
del Espíritu Santo,
para gloria del divino Padre.
Amén.
«Para que se impulse un auténtico desarrollo económico, respetuoso de la dignidad de todos los hombres y de todos los pueblos»
«Para que los cristianos de diferentes confesiones puedan caminar hacia la unidad deseada por Cristo»
«Para que la Iglesia y la sociedad inviertan en la familia, como patrimonio y respuesta eficaz a la crisis actual»
«Por niños no deseados y madres en dificultades por el embarazo»
Señor, necesito orarte. Señor, soy un niño, aún no nacido y ya crucificado. Como tú, no querida, no creída, no amada por los hombres. Huiste de la ferocidad de un rey que te temía como a un rival y no dudó en acabar con la vida de todos los niños entre los que podía esconderse, matándolos. Los brazos de María y los fuertes hombros de José os llevaron a un lugar seguro. Desde entonces, esos pequeños inocentes han estado cerca de ti, desde el día de tu nacimiento, incluso en el calendario. Sin embargo, estoy allí. Y por favor, te hablo a Ti y hablo a todos y cada uno. Y te pido por todos y cada uno. No juzgo a la madre: la dejan sola. No juzgo al papá: tiene miedo de la vida. No juzgo a nadie: te han perdido la pista y, creyendo perseguir a los mejores, rodean la nada de todo.
Intención general
«Los niños víctimas del abandono y de todas las formas de violencia pueden encontrar el amor y la protección que necesitan»
Intención misionera
«Que los cristianos, iluminados por la luz del Verbo encarnado, preparen a la humanidad para el advenimiento del Salvador»
Intención de los obispos
«Que la Iglesia sea la familia en la que todos los hombres se sientan esperados y acogidos para encontrar el amor de Dios Padre y experimentar la salvación»
Intención de la Pía Unión:
«Para niños sin familia»
«¡Hola Jesús! Aquí estamos frente a ti, no falta nadie. Somos niños sin familia. En el sentido de que lo nuestro nos es desconocido, ausente, roto, por drama o desesperación, por soledad o abandono. Somos testigos del dolor y de la pérdida, pero también del milagro que siempre puede ocurrir cuando alguien -un hombre y una mujer- nos reúne para abrazarnos cerca de su pecho, como pan fragante recién salido del horno. Sin decir: "¿Quién es?".
Estamos sin familia y la dificultad es nuestra gracia diaria; para algunos es también la sorpresa de una pareja que se inclina sobre nuestra fragilidad para hacernos experimentar lo bueno y lo verdadero de su vida, sin pedir nada a cambio, como un puro gesto de amor que no aporta más que la emoción de aprender a vivir. llamarnos niños.
Quien nos acoge aprende otra cosa: la realidad cambia de contorno, todo cobra nuevo valor: eres Tú, Jesús, quien te manifiestas a sus ojos. Sí, porque somos tu presencia. Somos Navidad todos los días y quien se inclina sobre este pesebre de Belén se levanta con una mirada diferente, capaz de acoger el destino del otro".