Intención general
«Los niños víctimas del abandono y de todas las formas de violencia pueden encontrar el amor y la protección que necesitan»
Intención misionera
«Que los cristianos, iluminados por la luz del Verbo encarnado, preparen a la humanidad para el advenimiento del Salvador»
Intención de los obispos
«Que la Iglesia sea la familia en la que todos los hombres se sientan esperados y acogidos para encontrar el amor de Dios Padre y experimentar la salvación»
Intención de la Pía Unión:
«Para niños sin familia»
«¡Hola Jesús! Aquí estamos frente a ti, no falta nadie. Somos niños sin familia. En el sentido de que lo nuestro nos es desconocido, ausente, roto, por drama o desesperación, por soledad o abandono. Somos testigos del dolor y de la pérdida, pero también del milagro que siempre puede ocurrir cuando alguien -un hombre y una mujer- nos reúne para abrazarnos cerca de su pecho, como pan fragante recién salido del horno. Sin decir: "¿Quién es?".
Estamos sin familia y la dificultad es nuestra gracia diaria; para algunos es también la sorpresa de una pareja que se inclina sobre nuestra fragilidad para hacernos experimentar lo bueno y lo verdadero de su vida, sin pedir nada a cambio, como un puro gesto de amor que no aporta más que la emoción de aprender a vivir. llamarnos niños.
Quien nos acoge aprende otra cosa: la realidad cambia de contorno, todo cobra nuevo valor: eres Tú, Jesús, quien te manifiestas a sus ojos. Sí, porque somos tu presencia. Somos Navidad todos los días y quien se inclina sobre este pesebre de Belén se levanta con una mirada diferente, capaz de acoger el destino del otro".