El agradecimiento del Papa
Reverendo Señor,
El Sumo Pontífice recibió con corazón agradecido las amables expresiones de buenos deseos que vosotros, también en nombre de esta Pía Unión, habéis querido dirigirle con ocasión de vuestros aniversarios personales.
El Santo Padre os agradece cordialmente por el reflexivo acto de devoción, sostenido por la oración por su ministerio y, al mismo tiempo, invocando del Señor Resucitado la luz de la Verdad y del Bien, que ha traspasado las tinieblas de la muerte y ha traído al mundo el esplendor de Dios. , te imparte de todo corazón la implorada bendición apostólica a ti y a cuantos se han sumado al gesto deferente. Con un sentido de distinto respeto me confirmo,
Monseñor Peter B. Wells, Tasador
Llamados a visitar a los afligidos
Querido Don Mario,
Gracias por enviar el boletín Pia Unione. Leí que los sacerdotes guanellianos siempre han ido a buscar a los pobres, a los necesitados, a los ancianos en sus casas. Quizás se daría el caso de que todos los sacerdotes lo hicieran, dividiendo su tiempo entre el confesionario y las visitas a los pobres.
Hoy también podríamos visitar a los pobres de Grecia; un país en sus últimas etapas debido a gobernantes incapaces. La gente que hace cola para un plato caliente es lamentable. El asunto se ha extendido hasta tal punto que incluso los que estaban sanos ahora están enfermos. Qué oportunidad sería esta para visitar a los pobres de Grecia y reunir a los ortodoxos en Roma a través de la Caridad activa. Que alguien lo piense y lo haga.
Giancarlo
Hizo florecer la gratitud
Rev. Padre Mario Carrera,
Envié una modesta ofrenda para agradecer a San José, quien siempre está presente en la vida de sus devotos. He vivido los últimos años de trabajo en un clima difícil, debido a algunas tensiones, pero con la ayuda de San José logré permanecer en mi puesto hasta el final del servicio, superando todas las pruebas. El día de mi permiso me mostré frío y discutidor con todo el mundo. Inmediatamente tuve la sensación de que mis compañeros me discriminaban. De vez en cuando, incluso involuntariamente, recordaba ese período crítico de trabajo y los malentendidos que lo habían caracterizado y esto me causaba un poco de tristeza. El pasado mes de enero llegó de repente el "punto de inflexión". De manera completamente casual pero cierta, supe que las cosas habían sido muy diferentes de lo que había pensado y que no se había cometido ninguna injusticia hacia mí. Inmediatamente atribuí este "descubrimiento" a la intercesión de San José, que nunca deja las cosas a medias y siempre interviene, aunque sea en silencio, en el momento oportuno, para restaurar la paz en las almas de quienes en Él confían. Hice un examen de conciencia. , al darme cuenta de que había sido susceptible y prometí al Santo y a mí ser, de ahora en adelante, menos prejuiciosos en mis relaciones con los demás y más serenos en el trato con los problemas cotidianos. Agradezco nuevamente a San José y a todos ustedes de la Pía Unión por las oraciones que siempre pido por mí y por mis seres queridos y por la revista que me llega cada mes.
Carta firmada, Voghera