La Navidad es el nacimiento de la inmortalidad.
Reverendo y querido Don Mario,
Es mi deseo renovar la suscripción a la hermosa y acogedora revista "La Santa Crociata", llena de novedades y de muchas ideas para la meditación y la oración y que puntualmente nos llega desde nuestra querida y querida Italia, desde Roma, desde el Santuario de nuestro querido protector San José. Gracias también por el calendario.
A medida que se acercan las fiestas navideñas, San José está más presente, más sentido en nuestras familias y durante varios días podemos rezarle, junto con María y Jesús, en la pobre choza de Belén.
Lamentablemente, en este período se reaviva también en nosotros el dolor por la pérdida de nuestra hija Magdalena, que ascendió al cielo el 24 de diciembre de 2003, Nochebuena. ¡Puedes entender bien el estado de ánimo durante la temporada navideña! Nunca hemos perdido la fe.
Que San José nos ayude en la vida diaria y proteja a nuestra familia. Que el Señor os ayude a todos los de la Pía Unión y dé la paz al mundo entero. Muchos saludos cordiales.
Lucía Giglio – Windsor, Canadá
Querida señora Lucía,
Os agradezco vuestros sentimientos hacia nosotros, que nos ayudan a servir con mayor generosidad y entusiasmo a la fe, a la esperanza y a la caridad. Entiendo su sufrimiento al sentir un dolor renovado por la pérdida de Magdalena, pero Jesús bajó del cielo para que podamos ascender al cielo y ser abrazados por la bondad paternal de Dios y vivir junto a él en comunión de gracia y de luz con todos nuestros queridos.
Renuevo mis mejores deseos y rezo para que 2012 sea un año lleno de serenidad y luz.
Una mano fuerte en las dificultades
Querido padre,
Soy una señora de 71 años y mi marido Giuseppe está suscrito a su revista desde hace mucho tiempo. Nuestra vida no ha sido fácil desde que la salud de mi marido empeoró. Ahora ha perdido el habla, pero se da cuenta de las cosas y trata de hacerse entender. El mes pasado recé mucho a San José y antes de terminar la novena tuvo una mejoría notable. Cada día estamos ansiosos y cada día me pongo en manos de San José y me encomiendo a la voluntad de Dios que San José nos proteja así como asista a la familia del cuidador que me ayuda y bendiga a un sacerdote misionero. Ora por mi esposo y a quien admira mucho por su capacidad de perseverancia. Oren por mí, para tener siempre fortaleza física y moral. Gracias.
Mirella – Ventimiglia
El testimonio de quienes creen en Jesús nos sostiene en el esfuerzo por aceptar la apuesta por la existencia.