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Jueves 07 de noviembre de 2013 14:39

El Papa Francisco elogia a los abuelos en Brasil DESTACADO

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En la memoria litúrgica de los santos Joaquín y Ana, el Papa Francisco elogió a los abuelos de Jesús e indicó en ellos una herencia de sabiduría que no debe desperdiciarse. «¡Cuán importante es en la vida de la familia comunicar esa herencia de humanidad y de fe que es esencial para toda sociedad! ¡Y qué importante es el encuentro, el diálogo entre generaciones, especialmente en el seno de la familia!

Sobre un tema muy importante que parece tan lejano en la vida de un niño, en este hipotético diálogo el abuelo quiere indicar que los pasos previos al último paso son muy importantes y conducen a la fuente de la alegría de vivir.

Leamos este diálogo.

Abuelo, dime: si Jesús resucitó, ¿entonces murió por segunda vez?

¡Pregunta muy inteligente! En los evangelios vemos cómo Jesús resucitó de entre los muertos a su querido amigo Lázaro. Lázaro volvió a la vida, en esta vida, por algunos años; pero luego tuvo que morir de nuevo. La resurrección, en cambio, es la entrada a otra vida, a una nueva forma de vida. Podríamos decir que Lázaro vuelve a la vida tal como la conocemos, la vida con “v” minúscula, mientras que Jesús entra a la Vida con “V” mayúscula, ¡y nosotros entramos en ella junto con él!

Abuelo, pero esta vida sólo la conozco de aquí, con "v" minúscula. ¡Tengo miedo a la muerte! ¡Tengo miedo de separarme de mis padres, de ti, de mis hermanos, de mi cuerpo!

Lo que dices demuestra que el miedo a la muerte nos une a todos, que no tiene edad, que es "el" problema con el que todos tenemos que lidiar siempre. La fe debe responder a este miedo, de lo contrario es realmente inútil, porque con nuestros ojos vemos a los muertos descender a la tumba, y no volar al cielo. El otro día me contaste que en el colegio hablabas de un tema muy interesante, el átomo, ¿recuerdas? El átomo es invisible a los ojos, pero está ahí.

Si lo bombardeamos con otras partículas invisibles a simple vista, neutrones… ¿recuerdas lo que pasa?

Se crea energía atómica.

Exactamente. Partículas tan pequeñas que parecen insignificantes, si se someten a este proceso, pueden liberar tal cantidad de energía que pueden alimentar una ciudad entera, iluminando miles y miles de edificios. Ahora piense en Jesús como este pequeño átomo. Jesús habló y trabajó públicamente durante sólo tres años, en una época en la que no había radio, televisión, internet ni cine. Un hombre que fue abandonado por todos y al final quedó solo para afrontar la muerte, y la muerte de cruz, el castigo más atroz e ignominioso que los romanos reservaban para los peores criminales. A los ojos del mundo, este hombre debería haber desaparecido, tragado por los pliegues de la historia, como un fracaso. Pero ¿qué dijo Jesús acerca de sí mismo? "Yo soy la resurrección y la vida." Con su resurrección abrió el camino a una alegría que nunca tendrá fin.

Arkansas

 

Leer 1963 veces Última modificación el miércoles 05 de febrero de 2014 15:23

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