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Cerrado miércoles, de octubre de 11 2006 00: 42

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El alma y el corazón del beato Luigi Guanella

Luigi Guanella, en los años 1905-1908, pasando por el Barrio Triunfal, de camino al asilo para ancianos abierto por él en Monte Mario, pensó en construir una iglesia que pudiera convertirse en un centro de elevación religiosa y moral en aquel pueblo popular. distrito entonces tan pobre, donde el sentido religioso estaba ausente.
Iglesia dedicada a San José, esposo de la Virgen María y patrón de las familias y trabajadores, como ejemplo y protector de las familias cristianas.
San José, después de una vida de sacrificios dedicada enteramente a su sagrada familia, murió consolado por Jesús y María: su muerte verdaderamente bendita, que lo consagró como el Patrono más poderoso y misericordioso de los moribundos.
De hecho, son innumerables las iglesias que cuentan con un altar o un cuadro dedicado al piadoso Tránsito de San José.
Por eso, don Guanella, que tanto se preocupaba por el sufrimiento físico de los discapacitados, de los huérfanos y de los ancianos, pensó también en los moribundos, y quiso dedicar la nueva iglesia precisamente al Tránsito de San José, para mantenerlo vivo en a los fieles el pensamiento y la oración en favor de los moribundos cada día.

Un gran gesto de amor por la última frontera de la vida.


La obra que más manifiesta y distingue la preocupación de nuestro Beato por la salvación de las almas es, pues, la Pía Unión del Tránsito de San José por la salvación de los moribundos. Es significativa la adición "... para la salvación de los moribundos": ¡una aclaración que lo dice todo!
¡Salva almas! Este era entonces su ideal. Ahora bien, entre todos los momentos de la vida, el de la agonía decide con la certeza de la salvación eterna: si el hombre muere en la amistad de Dios, todo se gana para siempre, pero si, en ese momento supremo, no está en paz con Dios, todo es
perdido por siempre. Por supuesto: la Misericordia divina es infinita, pero la salvación de las almas está ligada no sólo a los méritos infinitos de Cristo Salvador, sino también a la oración.
Don Guanella, sabiendo que cientos de miles de personas mueren cada día en el mundo, y conociendo el poder de la oración que obtiene todo del Corazón de Dios, pensó entonces en organizar una gran santa Cruzada de oración de muchos fieles para implorar a Dios, a través de la intercesión de San José, patrón de los moribundos, la salvación de las almas que se encontraban en mayor peligro.
Así fue que, bajo los auspicios de San Pío, facultad para erigir a su vez ramas de la Pía Unión en otras naciones e iglesias del mundo (Escrito Apostólico del 17 de febrero de 1913).
Desde aquel año 1914 hemos asistido a una gran difusión de esta particular Obra de caridad espiritual, también porque la idea de ayudar a los moribundos con la oración era entonces profundamente sentida entre el pueblo cristiano (fue, de hecho, en los años de la primera sangrienta Guerra Mundial)

Read 13412 veces Última modificación el miércoles 05 de febrero de 2014 15:18

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