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Los ticinos han perdido su voz

Quién sabe qué pensará desde el cielo monseñor Aurelio Bacciarini, que ve dejar de publicarse su "Giornale del Popolo", todavía hoy el único periódico católico en toda Suiza. Y también compartirán su pesar Giuseppe Lepori, Aurelio Gabelli y Alfredo Leber, los jóvenes de poco más de veinte años a quienes el obispo había confiado los inicios del periódico el 21 de diciembre de 1926. Especialmente Leber, quien la dirigió durante cincuenta años, modernizando su maquinaria gráfica y acercándola a la realidad del pueblo abriendo oficinas regionales.

La dolorosa decisión de cerrar definitivamente el periódico, que se vio obligado a tomar el obispo de Lugano, monseñor Valerio Lazzeri, no es más que el epílogo de una situación difícil, sobre todo económica, que se prolonga desde hace algunos años, a pesar de que Mons. Corecco en el a finales de los años ochenta había intentado modernizar la línea editorial acercándola a la del Concilio Vaticano II y al Papa Wojtyla, y en la primera década del nuevo milenio el obispo Abuelo había trabajado para contrarrestar con fuerza la crisis financiera, también con la inclusión del Giornale del Popolo en el grupo Corriere del Ticino, que adquiere el 49%. El golpe de gracia, como afirma la diócesis de Lugano en su sitio web, se debe a "las vicisitudes de Publicitas AG - en liquidación - Opfikon, recientemente dadas a conocer por los medios de comunicación, la situación que ha surgido para el Giornale del Popolo, sustentado en gran parte por los ingresos publicitarios que recauda la misma y que hoy han desaparecido". 

Hoy en día, en todas partes, no sólo en Ticino, el papel impreso está en crisis debido a las nuevas tecnologías multimedia interactivas, pero cabe preguntarse por qué, de una población católica tesina estimada en 240.000 almas, sólo había siete mil suscriptores.

Cabe señalar con agrado que Monseñor Lazzeri ha querido ayudar a quienes han perdido su empleo debido a la crisis del sector periodístico con la fundación de la "Asociación de periodistas y trabajadores de los medios de comunicación solidarios", para apoyarlos en su integración profesional y otorgarles subvenciones. ayuda adicional de carácter financiero. Recaudando fondos, también sensibilizando a la opinión pública y organizando cualquier iniciativa que pueda ser útil, la distribución se realizará de acuerdo con las leyes sindicales, centrándose sobre todo en favor de los antiguos empleados del Giornale del Popolo.

Pero para el cristiano, cada dificultad es también una apertura a la esperanza y a una nueva planificación, consciente de que "de noche o de día la [buena] semilla germina y crece" (Mc 4,27). Hay un amplio campo de otros medios posibles que la diócesis de Lugano puede utilizar para llegar a la gente con la evangelización, y otros seguramente serán sugeridos por la imaginación del Espíritu Santo a quienes sepan escuchar con humildad.

Lo que don Guanella escribió para la prensa se aplica a la comunicación en general: “La prensa forma opinión, y detrás de la opinión corre el mundo de los hombres. La prensa es el motor universal. Oh, ¿por qué la gente buena todavía no cree en la eficacia [71] de la buena prensa? “(El montañés, op. omnia III 1023).