700 aniversario de la muerte de Dante Alighieri
por Stefania Severi
Este 2021, a 700 años de la muerte de Dante, nos ofrece la oportunidad de revisitar su vida y obra y, para ello, nos inspiramos en dos frases con las que solemos señalarlo.
¿Quién llamó a Dante “El gibelino fugitivo”? Fue Ugo Foscolo, en el poema Dei Sepolcri, y a partir de entonces la frase se hizo famosa. En realidad, Dante no era un gibelino sino un güelfo blanco. En resumen, los gibelinos fueron quienes apoyaban la supremacía del Emperador (heredero del Sacro Imperio Romano Germánico de Carlomagno) mientras que los güelfos apoyaban la supremacía del Papa también en el ámbito político. Una vez que los gibelinos fueron definitivamente derrotados y proscritos, los florentinos, que siempre habían sido güelfos, se dividieron también en güelfos blancos, pro emperador, y güelfos negros, proponentes, también para definir las facciones internas.
Dante, que hacia 1290 se dedicó a la vida pública, ingresó, en diversos momentos, en el Consejo del Pueblo, en el grupo de los "Sabios" y en el Consejo de los Diez. En 1300 fue elegido uno de los 7 priores y frustró la solicitud del Papa Bonifacio VIII de contar con una caballería de apoyo proporcionada y apoyada por Florencia. Por eso, y no sólo, en 1302, bajo diversos pretextos, fue condenado y obligado a exiliarse. Ya no volverá a su amada ciudad y aprenderá a su costa: «...cómo sabe a sal el pan ajeno, y qué duro es/ bajar y subir escaleras ajenas» (Paradiso, Canto XVII).
Sobre política, entre 1310 y 1313, Dante escribió un tratado en latín, como se escribían en aquella época todos los textos destinados a los eruditos, el De Monarchia. La inspiración la había proporcionado la llegada a Italia del emperador Enrique VII de Luxemburgo, a quien admiraba. El tratado plantea la idea de una monarquía universal, cuya implantación se espera en la Tierra, casi una superación del conflicto por excelencia de la época, el entre güelfos y gibelinos. Dante construye su idea incluyendo a todos los pensadores ilustres anteriores y a la historia, empezando por Roma, centro ideal señalado por el destino. Su posición es original, comparada con los tiempos, y "moderna", de hecho reconoce la autonomía política del soberano pero también la autonomía religiosa del pontífice.
¿Por qué a Dante se le conoce como “el padre de la lengua italiana”? Porque es el primero en escribir un poema, la Divina Comedia, en lengua vernácula, para que todos pudieran entenderlo. En verdad, el poeta fue un estudioso de la lengua y analizó los distintos dialectos de Italia para identificar la lengua perfecta. Fue pues él mismo, con la fuerza de su Comedia, escrita en la lengua típica de la zona de Florencia, quien indicó cuál sería el dialecto preeminente. Siglos después, es célebre la frase de Alessandro Manzoni: para mejorar el italiano de los novios, viajó a Florencia en 1827 para "enjuagar sus ropas en el Arno", es decir, adaptar su lengua a la de los florentinos.
Sobre la cuestión de la lengua, Dante escribió, entre 1303 y 1304, un tratado, también en latín, De Vulgari Eloquentia. En él sostiene que si el latín debía utilizarse para escribir sobre derecho y religión y redactar tratados internacionales, una especie de lengua franca, la lengua vernácula tenía que ser utilizada no sólo por el pueblo sino también entre los nobles y convertirse, para todos Intenciones y propósitos, un lenguaje literario.
Precisamente con motivo de las celebraciones de Dante, la FUIS, la Federación Unitaria Italiana de Escritores, impulsó el proyecto "Dante en los libros de artista" invitando a 30 artistas a crear un libro sobre Dante, su vida y su obra. Y como se consideraron todas las obras, también se consideraron De Monarchia y De Vulgari Eloquentia, temas complejos y difíciles pero que los artistas Maria Cristina Crespo y Vittorio Fava, gracias a su creatividad, supieron abordar con ingenio y agrado, haciéndolos fascinantes. .