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editado por Carlo Lapucci

La pieza musical conocida como Largo de Handel, que se toca en todas las bodas y ceremonias conmovedoras, es prácticamente un himno al Plátano que presume de ascendencia milenaria y tiene como inspiración a ilustres autores y personalidades.

Un auténtico gigante de nuestra flora arbórea, Platanus orientalis, de la familia Platanaceae, tiene un tronco relativamente corto, pero un follaje espeso y muy extenso. Es el árbol sombrío por excelencia que desde la antigüedad ha sido magnificado por los autores más famosos como Ateneo, Platón, Plutarco, Arcadio, elogiándolo por el refrigerio y protección que ofrece a quienes se refugian bajo sus ramas. Es especialmente apreciado en determinadas zonas del Este donde el calor y la sequía son mayores y el árbol, sin embargo, crece exuberantemente. Plinio (Historia Natural XII, 3ss.) enumera casos y personajes históricos que admiraron, amaron y conservaron plátanos magníficos por su tamaño y sus grandes hojas que dan nombre a la planta: platys es "grande" en griego. Los antiguos tenían un verdadero culto a esta planta. Uno fue traído a través del mar Jónico para ser colocado en la tumba de Diomedes. Dioniso el Viejo adornó con él su capitel y en Roma se regó con vino un magnífico ejemplar.

Es símbolo de capacidad, de ingenio del refresco, de magnificencia, por su tamaño y grandiosidad.

Era muy famoso el plátano de Lidia mencionado por Heródoto y Eliano acerca de Jerjes I, rey de Persia. Durante la marcha con su ejército, viniendo de Frigia y entrando en Lidia, «encontró un ejemplar tan hermoso de esta planta, al que le regaló adornos de oro por su belleza; luego, confiándola a la vigilancia de uno de sus Inmortales, al segundo día llegó a la capital de Lidia." Los Inmortales eran una unidad de élite del ejército formada por 10.000 hombres armados, llamados así porque cualquiera que fallecía era inmediatamente reemplazado para que el número permaneciera sin cambios (Las Historias VII, 31).

La historia de un rey que se enamora y admira tanto de una planta que la deja bajo custodia de un grupo de sus mejores soldados generó asombro y el hecho aparece en la obra maestra de George Frideric Handel (1685-1759), la famosa ópera Jerjes. (Acto I, Escena I), al comienzo del cual el protagonista, de pie bajo las ramas del majestuoso árbol, canta la famosa aria, música maravillosa por lo pobre y triste que es la letra: Ombra mai fu / di vegetabile / cara ed amable, / más dulce. La música es más conocida por las numerosas transcripciones y reducciones instrumentales que se conocen como Largo de Handel.

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