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por Don Salvatore Alletto
Superior de la Comunidad Guanelliana de Trionfale

Muchos ojos brillan en los rostros de la gente, cuando el simulacro de San José cruza el umbral de la basílica guanelliana del Trionfale para regresar, después de dos años, entre su gente. Las restricciones debidas a la pandemia de Covid 19 habían hecho imposible la procesión, un acontecimiento muy sentido en el histórico barrio romano de Prati-Trionfale con motivo de las celebraciones anuales en honor del padre adoptivo de Jesús y protector de los trabajadores.

Verdaderamente una celebración popular la de San Giuseppe en el Trionfale. Una numerosa multitud, con el debido distanciamiento y la ya inevitable mascarilla, acompañó al Santo por aquellas calles, transitadas cada día por los más variados motivos. La banda de la Gendarmería Vaticana y los Carabinieri, uniformados y a caballo, enriquecieron con su presencia una procesión que es un acontecimiento muy esperado desde hace 100 años. Los niños del catecismo y del Colegio San José, junto a sus catequistas y maestros, el pueblo de Dios con oración y cantos, los sacerdotes y monjas en gran número coronaron al Santo Patrón de la Iglesia Universal. La procesión estuvo presidida por el vicario general de la Ópera Don Guanella, don Nico Rutigliano, quien al final tuvo palabras de aliento para todos los presentes: «San José camina por nuestras calles. Ahora nos toca a nosotros seguir sus huellas, en la humildad, en el silencio, en el servicio, convirtiéndonos también en pacificadores".

La solemne Santa Misa estuvo presidida por el Card. Marcello Semeraro, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, quien en su homilía se inspiró en las palabras del Papa Francisco (ver recuadro). La comunidad religiosa y parroquial de San Giuseppe al Trionfale ya se había preparado de antemano con la novena dirigida por don Gabriele Cantaluppi, sacerdote guanelliano, y con el triduo predicado por el padre Roberto Toni, prior de la Provincia italiana de los Carmelitas.

¡Pero no hay San José sin las tradicionales tortitas y bollos de crema! De hecho, durante los días de celebración, en el Oratorio habrá muchas iniciativas para vivir juntos la devoción y el vínculo con el Santo Patrón, también gracias a momentos de juego y fraternidad. Después de dos años de parar, las ganas de empezar de nuevo son muchas. El Oratorio sigue siendo un punto de referencia para el barrio. También se prepara para la fiesta la IX Biciclettata, con más de 50 ciclistas pequeños y grandes recorriendo las calles del barrio.

La fiesta de San Giuseppe en el Trionfale involucra a todos y son muchos los que prestan su servicio para que todo salga bien. Este año, con motivo del Centenario del Colegio San Giuseppe, a la entrada del Oratorio ha sido realizado un mural obra del Sr. Klevra, artista romano especializado en street art, que representa el carisma de la caridad de Don Guanella. Junto al rostro de San Luis, dos manos: una ofrece y la otra acoge; en uno un cucharón para recordar el juego de sopa para los pobres del pequeño Luigi con su hermana Caterina, junto a un cincel, símbolo del trabajo, con referencia a la figura de San José trabajador. Del otro lado los rostros de los pobres destinatarios de la misión de don Guanella. Arriba se alza un cielo estrellado, que hace referencia al dibujo realizado por el joven Luigi en el techo de su habitación y al lema de la Congregación guanelliana: "In omnibus Charitas".

La fiesta de San José finalizó con el castillo de fuegos artificiales, que mantuvo a todos con la mirada fija en el cielo. Un hermoso y cautivador juego de luces selló una fiesta esperada por todos.

¿Qué nos queda? Sin duda sentirse una comunidad en movimiento, en nombre del Señor, en torno a San José. De hecho, cada año nuestra celebración ayuda a redescubrir la presencia y la intercesión del "Guardián del Redentor" en nuestras vidas. Esta es también la razón por la que continuas filas de fieles y peregrinos, procedentes también de otras partes de Roma y de Italia, convergen para la fiesta de San José en el Trionfale: para buscar ayuda y protección. Muestra de ello es también la continua peregrinación desde la Basílica hacia la Pia Unione del Transito, motor de oración e intercesión por los vivos y los difuntos.

San José ya está de regreso en la Basílica, en su hornacina, pero estamos dispuestos a apostar que está deseando volver a las calles del barrio y ser celebrado por todos.