La sala Pablo VI estaba repleta de la gran familia guanelliana que llevó al Vaticano el color de los rostros de los pueblos del mundo, para demostrar que el color de la piel de Dios es el calor de una caricia de amor. Más de siete mil personas llenaron la sala Nervi esperando una palabra de aliento del Pontífice. En nombre de toda la familia guanelliana, la Madre Serena, superiora de las monjas guanellianas, saludó al Papa Francisco expresando sentimientos de constante atención al misterio del Papa a quien, con Guanella, consideraba la "Estrella Polar" en su peregrinación por las calles de los pobres.
La foto de portada de la revista de noviembre, con dos manos levantadas en señal de súplica, me impulsó a preguntar por qué la gente mantiene las manos juntas cuando ora. ¿Es sólo un símbolo o es una forma de mantener el alma enfocada en los sentimientos de la oración misma?
Rovira Alessio, Castel Madama (RM)
En la antigüedad cristiana era costumbre levantar la mano en actitud de ofrecer o recibir. Como vemos en los frescos de las catacumbas romanas, era la actitud de quienes rezaban, y todavía podemos observarla hoy. Las rúbricas litúrgicas prescriben que el sacerdote, en determinados momentos de la Misa, ore con las manos en alto.
Posteriormente se introdujo el uso de las manos juntas. Las manos entrelazadas recuerdan el antiguo gesto de atar las manos de los prisioneros (una acción que todavía está viva hoy para las novias en las liturgias orientales). Por eso los que estaban a punto de ser martirizados procedían con las manos juntas y en esos momentos ciertamente oraban.
Cada mes el calendario 2016 está acompañado de episodios de la vida de Jesús contados por los "evangelios apócrifos", ríos casi subterráneos que sustentaron la fe popular de los primeros cristianos. El profesor. Franco Cardini, profesor de Historia de la Iglesia, ilustra estas "buenas noticias escondidas" que no forman parte del canon de la Iglesia. Las acuarelas que ilustran los episodios individuales se ilustrarán en el próximo número.
La palabra griega apócrifos significa "oculto": así indicaban las Iglesias cristianas de los siglos I-II aquellos textos evangélicos judeocristianos que se mantenían en secreto y que se consideraba apropiado no divulgar. Es obvio que se convirtieron, con el tiempo, en una cuestión de tradición iniciática y que algunos los consideraban portadores de verdades más elevadas y más profundas, que debían extraerse de un nivel esotérico, es decir, reservado a quienes tenían acceso a niveles superiores de conocimiento teológico o espiritual. místico.
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