La imagen de San José en el arte medieval veneciano
por Sergio Todeschini
El estudioso Franco Verri ha recopilado las imágenes artísticas más significativas y representativas de la figura de San José en el Véneto durante la Baja y Alta Edad Media; una iconografía del santo sugerida a los artistas tanto por los Evangelios como por los escritos apócrifos. Las primeras imágenes ejemplares son las relativas al matrimonio del santo con María y a los episodios relacionados con la infancia de Jesús. Son testimonios preciosos que se remontan a la primera y segunda Edad Media y que se encuentran tanto en la basílica veneciana de San Marcos como en Padua en el siglo XIX. Capilla de los Scrovegni. Los artistas representaron la infancia de Jesús siguiendo la huella narrativa de los evangelios y en algunos casos entrelazaron los acontecimientos siguiendo tanto los escritos apócrifos como los evangelios; como se puede comprobar observando los relieves colocados en las columnas de alabastro del tabernáculo de la Basílica de San Marcos en Venecia. Las imágenes están en bajorrelieve y las figuras en pose estática siguen el escenario bizantino tardío y están colocadas bajo pequeños arcos sostenidos por columnas simples.
En sus bodas con María, San José, lleno de asombro, se nos representa en una edad madura, casi queriendo encontrar una solución intermedia entre quienes lo identificaban como una edad joven y quienes lo identificaban como una edad mayor. Los acontecimientos de San José que enriquecen la cátedra del obispo Maximiliano en Rávena son de influencia decididamente apócrifa y se remontan al siglo XVI; o los insertados entre los estupendos mosaicos de San Marco en Venecia, fechados en 500; preciosidades que decoran un arco colocado sobre una puerta de entrada. Estos mosaicos nos cuentan la historia del santo por episodios, empezando por Zacarías decidido a orar en el templo, seguido por el episodio de la vara florecida, la presentación de José a María, el adiós de María a Isabel y el reproche de José hacia la María embarazada. Son imágenes extraordinarias que transmiten emoción y expresan los sentimientos de los sujetos vinculados a los hechos representados. En Padua, en la Capilla de los Scrovegni, el maestro Giotto contó la historia de las bodas de San José en cuatro escenas. En estas representaciones, la serenidad y la perturbación, el asombro y la alegría nos son transmitidos por las expresiones de los rostros y posturas de los personajes que siguen el desarrollo de la historia como no protagonistas. Un tema ampliamente representado por los artistas es el de la "Duda del Santo". En la Basílica de San Marcos, en el portal principal, se nos representa el sueño de San José. El Santo es un hombre barbudo y encapuchado, una imagen inusual que combina elementos de la cultura lombardo-provenzal e influencias del clasicismo griego. En todas partes, en los episodios que narran el nacimiento de Jesús, San José es siempre representado lejos de la Virgen, relegado a un rincón, casi excluido del belén.
El santo siempre apoya su mano debajo de su barbilla, parece aburrido y ajeno a lo sucedido. Una postura que también se puede observar en Sommacampagna, en la zona de Verona, en un episodio insertado entre una serie de frescos que datan del año 1100 y que cuentan la historia de la infancia de Jesús, en la Capilla de los Scrovegni, lo representa también como un extraño. , encapuchado y durmiendo; en contraste con la postura de María, acostada junto al pequeño Jesús, llena de atención y dulzura. Son preciosas las imágenes que enriquecen el portal de la catedral de Treviso. Estos bajorrelieves que datan del año 1200 nos cuentan episodios relacionados con la natividad. Aquí se representa a San José con expresión aprensiva cuando busca una partera, y como un padre cariñoso mientras envuelve al pequeño Jesús en un paño mientras pide comida a unos pastores. En este caso el santo es visto como un auténtico protagonista de los acontecimientos evangélicos. En el episodio de la presentación de Jesús en el templo, presente en numerosas expresiones artísticas, nuestro santo está siempre presente, atento, pensativo y lleva palomas en la mano. Así se nos representa en el retablo dorado de San Marcos en Venecia.
O con cara severa, mientras carga palomas colocadas en una jaula. Esta imagen se puede ver en un relieve en la catedral de Treviso. A partir del siglo IV, San José está casi siempre presente en la escena de los Reyes Magos y se le encuentra apareciendo al lado o detrás de María. Altichiero, artista contemporáneo de Giotto, en un fresco encontrado en el oratorio de San Giorgio en Padua, lo representa ya no humilde sino autoritario y protagonista mientras presencia el episodio de los Reyes Magos junto a María. En el portal de San Zeno de Verona, el escultor Guglielmo nos cuenta los episodios de la infancia de Jesús. Hay nueve escenas que comienzan con la anunciación y terminan con la huida a Egipto. En este último panel San José encabeza el grupo, ayudándose de un bastón y llevando consigo una carga. Un episodio que encuentra espacio en diversas obras artísticas también presentes en el Véneto. Son raros, sin embargo, los que hablan de Jesús encontrado entre los doctores del templo. Un ejemplo pictórico de este episodio nos lo ofrece el maestro Jacopo Giusti en un fresco encontrado en Padua.
El pintor del siglo XIV representa a San José caminando por las calles en busca de Jesús. Junto a él está María cuyo rostro expresa aprensión. Pero en el santo que indica el templo de la Virgen ya se expresa la alegría del descubrimiento. Un José sorprendido en su juventud e imberbe puede verse en un medallón pintado que data del año 1300 encontrado en la pared de la basílica de Padua dedicada a San Antonio. Una novedad iconográfica dedicada a la representación de nuestro santo. Incluso en el Véneto habrá que esperar a la plena devoción popular hacia San José para ver florecer una iconografía más cuidada y variada dedicada a la figura del padre putativo de Jesús.