Después de cien años de historia es necesario volver al pasado
por Graziella Fons
“Cada comunidad debe celebrar sus aniversarios, releer su historia y dar gracias por la forma en que Dios los ha cuidado a lo largo de los años”. En esta memoria "encontramos la esperanza y el coraje que necesitamos para afrontar nuevos riesgos y aceptar las dificultades y el sufrimiento con valentía y perseverancia". Estas palabras fueron escritas por Jean Vanier, un gran amigo de los pobres, fundador y animador de numerosas casas de caridad, llamadas "arche" en francés, para personas discapacitadas.
Después de cien años de historia, la Pía Unión Primaria del Tránsito de San Giuseppe quiso también releer su historia, encontrar los grandes motivos de alabanza y de acción de gracias a Dios por el bien hecho y también revisitar las raíces de la esperanza para beber la sangre capaz de de dar frutos y ofrecer motivos de esperanza en nuestros días a veces turbulentos y olvidadizos.
Con motivo del centenario de la inauguración de la nueva iglesia de San Giuseppe al Trionfale, hemos publicado encartes en los que hemos ayudado a nuestros ojos a leer una historia poblada por pobres, por santos animados por grandes ideales y, sobre todo, por la mano providente de Dios que en la población del Barrio Triunfal ha sembrado semillas de respeto a la dignidad humana degradada por la pobreza, levadura evangélica de vida cristiana y pasión por la vida, la educación y la salud.
Hemos recopilado estos "insertos" en un volumen titulado Historias de hombres y mujeres. Los cien años del barrio de Trionfale.
El volumen se presentará el próximo sábado 24 de mayo en el teatro San Luigi Guanella.
Es memoria viva de lo que fuimos y de lo que estamos destinados a ser gracias a la fecundidad de hombres y mujeres generosos que prestaron su corazón y sus manos a Dios para testimoniar que en la vida nadie es huérfano, pero todos tenemos un camino misericordioso. Padre que nos sostiene, nos protege y nos ayuda a vivir con horizontes de esperanza.
Frente a la memoria de una comunidad estamos cada vez más convencidos de que las historias de santidad cotidiana, escritas por el pueblo, no nacieron sólo de la fuerte energía de la voluntad capaz de impulsar la empresa hacia adelante, sino que fue la fuerza de Arriba que hizo Es admirable el esfuerzo de estos frágiles mujeres y hombres en la construcción de la iglesia, hogar del pueblo de Dios y hogar acogedor para las frágiles criaturas amadas y favorecidas por Dios.