Con el apoyo de los miembros de la Pía Unión de San José
Dice un proverbio que "pan" es la palabra más amable y acogedora: "Escríbelo siempre con mayúscula, como tu nombre".
Ante un hambriento nuestra fe ve el rostro mismo de Jesús, sugiriendo a sus sacerdotes y religiosas dar pan y al Señor en abundancia. Cuidándonos de no dar el pan sin el Señor y el Señor sin pan. Un pan para ofrecer con una sonrisa y sentimientos solidarios.
Cada día, en la frontera de la benevolencia de nuestras Casas de caridad, muchas son las manos que llaman, muchas las voces, a veces tímidas y quebradas por sollozos silenciosos, muchos los ojos velados por las lágrimas de vergüenza que invocan ayuda, un trozo de pan para saciar las ansias del hambre, un pan con olor a caridad y con sonrisa de compartir.
La Pía Unión siempre ha tenido un mostrador abierto para ofrecer pan perfumado de caridad, pero también una mano tendida para pedir ayuda a nuestros miembros para que nunca haya una boca privada del pan necesario para la vida. También nosotros nos convertimos en mendigos solidarios para pedir ayuda para que no haya un “Día sin Pan, con la alacena vacía”, tan triste como un día lluvioso y frío.
Una de las primeras palabras que registra la Biblia es Pan que hay que ganar. Esta palabra rebota por las páginas de la Biblia en la boca de los profetas, en el libro de la Sabiduría, de los Salmos y en los Proverbios hasta llegar al corazón palpitante de la oración enseñada por Jesús: el Padre Nuestro. Jesús enseñó esta oración a la familia de sus apóstoles y la puso como primera petición para la vida humana: tener en nuestra mesa el "pan de cada día" fragante, sabroso y compartido.
El pan volverá a ser protagonista en la Última Cena, cuando en el Cenáculo Jesús nos regale a los apóstoles y a nosotros un “pan partido” por amor. "Danos hoy nuestro pan de cada día" es también nuestra oración al Padre y a los fieles partidarios de nuestras obras de caridad.
Entonces pensamos que no tenemos derecho a ser felices solos, sino que el derecho que tiene todos es disfrutar de la expresión de Jesús de que “Hay más alegría en dar que en recibir”.
No dejemos el armario vacío, sino llenémoslo con nuestra generosidad. Para los hambrientos del mundo de nuestras misiones, una "Día del Pan" tiene un valor de 55,00 €.